• La historia detrás de un liderazgo •
Concejala de Bogotá
• Ati camino propio •
Nació en 1980, bajo los parámetros de la Constitución de 1986 donde los pueblos indígenas eran aún considerados como salvajes que debían ir siendo reducidos a la vida civilizada por medio de las misiones.
Sus padres son líderes en cada uno de sus pueblos, su mamá es arhuaca y su padre guanano, quienes marcaron hitos frente a la importancia de acceder a la educación superior para fortalecer sus propias comunidades y transformar la historia de desigualdad y exclusión de los Pueblos.
Con ocasión de esa labor, creció junto a su bisabuela en la Sierra Nevada de Santa Marta, en la comunidad de Jewrwa-lugar donde se honra el agua, desde allí se inició su relación especial con el agua y la protección de la misma. Realizó sus estudios de primaria y bachillerato en el colegio agropecuario de Nabusimake donde fue internada, lo que le permitió asistir a sus primeras Asambleas Generales. Su formación estuvo forjada por el modelo de educación propio en el cual el fortalecimiento de la proyección comunitaria jugaban un papel esencial.
Posteriormente acompañó a su mamá como Coordinadora de salud del Pueblo Arhuaco, elegida por la Directiva General del momento, quien además inició el proceso de articulación de los pueblos del Caribe en un sueño común, la Asociación de Cabildos Indígenas del
Cesar y la Guajira-DUSAKAWI, con la cual se busca romper las barreras en el acceso a la salud.
Fue justamente en el marco de ese proceso organizativo que ella y su familia fueron víctimas del desplazamiento forzado por amenazas de los grupos paramilitares en la región, teniendo que dejar de lado todo y establecerse en otro lugar, rompiendo como mujer sus vínculos espirituales y su plan de vida.
Su madre fue fundamental en su proceso de formación política, tuvo que ser madre soltera de sus tres hijos y forjar el apoyo de cada uno de ellos en su ámbito espiritual y emocional, en los momentos difíciles que han tenido que pasar.
• En su juventud •
Posteriormente Ati incursionó en la escena política, sin embargo fue víctima de la violencia política por su condición como mujer, cuando además se quiso coartar su primera participación en el Concejo de Bogotá a los 22 años, siendo necesario demandar el artículo 27 del Decreto 1421 para que ser joven no fuera un impedimento para ser partícipe en la democracia y se pudiera ocupar espacios con voz propia, con historias propias en un lugar digno dentro de la democracia. Esa incidencia abrió un camino para que actualmente los jóvenes puedan ocupar esos cargos de representatividad donde sean ellos mismos quienes planteen y defiendan los temas de su agenda.
Poco a poco ha venido además promoviendo la apertura de espacios tanto para las mujeres como para los jóvenes, buscando romper las macro estructuras de poder y los machismos que en muchas ocasiones imperan en las comunidades indígenas. Tuvo que sobreponerse a ello con el establecimiento de un tejido colectivo, con participación incidente de las mujeres, por ello se aportó en la consolidación del Consejo de Mujeres arhuaco donde sus voces sean escuchadas y su agenda ocupe el primer lugar.
Su trabajo ha contado con el apoyo de grandes líderes y mamos de las Kankwrwas mayores, sin embargo se han recibido críticas fuertes de hombres que se quieren encapsular en las estructuras de poder silenciado las mujeres, lo que no ha disminuido su entrega hacia el establecimiento de nuevos escenarios de participación.
Hoy es un gran paso que el movimiento indígena de un paso en el cual se tenga en cuenta a una mujer indígena para realizar una apuesta de país desde la Presidencia de la República, donde se privilegie un proyecto de nación basado en el pacto nacional por el Buen Vivir, en el cual los niños, las niñas, los jóvenes y las mujeres puedan tener un lugar incidente, donde se superen las vulnerabilidades de cada uno de ellos, el abandono muchas veces de los propios líderes.
Ati es también madre, tiene una hija a quien ha tenido que formar en el abandono de un padre quien es líder y ha querido plantear alternativas de país, sin siquiera empezar por asumir los compromisos que le asisten como papá, estableciendo encrucijadas éticas, tal como lo deben hacer miles de mujeres en nuestro país.
Adicional a lo anterior Ati ha tenido una formación académica importante, es Administradora Pública de la Escuela Superior de Administración Pública-ESAP, además es magíster en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Externado de Colombia, en convenio con Columbia University.
Todo su trabajo lo ha orientado a la defensa de los derechos de las mujeres; reconocimiento de los derechos de la naturaleza, particularmente la protección de los cuerpos de agua y la Sierra Nevada de Santa Marta; pueblos indígenas, afrocolombianos, negros, raizales y palenqueros. Asimismo ha luchado de manera decidida por los derechos de las víctimas, puesto que a muy temprana edad fue víctima de desplazamiento forzado junto con su familia.
Como producto de su labor por la promoción de soluciones a la situación de vulnerabilidad, exclusión, violencia y discriminación de la ruralidad, ha ocupado cargos de elección popular en tres oportunidades, en las cuales principalmente lideró la construcción de los lineamientos para la política pública indígena en el Distrito; lineamientos para la política pública del agua e incentivo al cultivo y consumo de productos tradicionales andinos como complemento nutricional en el Distrito, así como la incorporación del enfoque étnico, de mujer, familia, género y generación en la implementación de acciones de política pública en la capital colombiana.
Hace varios años viene participando como docente de la Escuela Intercultural de Diplomacia Indígena de la Universidad del Rosario, en el marco de un proceso de formación donde se lleva la academia a los territorios indígenas para ponerse al servicio de ellos dentro de un esquema de educación intercultural, principalmente en la Sierra Nevada de Santa Marta. Adicionalmente ha sido invitada como panelista en escenarios internacionales, ha participado en las sesiones del Foro Permanente para las cuestiones indígenas y ha constituido redes transnacionales de defensa del ambiente y de los derechos de las mujeres. Asimismo es docente en la maestria en Salud Pública de la Universidad del Rosario.
En el año 2016 por su capacidad de diálogo, fue nombrada comisionada indígena para la paz de Colombia y en ese mismo año recibió el Premio Internacional Daniele Po 2016, a través del cual se realiza un reconocimiento internacional a las mujeres y asociaciones que trabajan por el ambiente y los derechos Humanos. Ese galardón cuenta con el patrocinio de la Unión Europea, Gobierno, Parlamento de Italia, Vaticano y Universidad de Boloña.
• En la actualidad •
Más recientemente en el año 2018 Ati Quigua fue candidata a la vicepresidencia de Colombia y en la actualidad es Concejala de Bogotá para el periodo 2020-2023 por el Movimiento Alternativo Indígena y Social – MAIS, plataforma política donde se encuentran unificados la mayoría de los Pueblos Indígenas de Colombia, y de la cual ella funge como vocera.
Durante este período trabajará en la priorización de una agenda urbana orientada a la reivindicación de los principios universales del Buen Vivir, como una alternativa real a la tradición desarrollista moderna, que permita convivir de manera equilibrada y armónica con la madre tierra, asimismo orientará sus esfuerzos académicos y políticos en la incorporación en el Plan de Ordenamiento Territorial de las múltiples visiones que conviven en la ciudad de Bogotá, bajo en eje de cultura que se ha incluido en la propuesta de la Administración Distrital.
Finalmente como reconocimiento a su labor y a su proceso político, así como la capacidad de articular los diferentes sectores sociales por su historia de vida como mujer, étnica, desplazada, madre soltera en la III Convención del MAIS fue elegida como precandidata presidencial para la próxima contienda electoral.
¿Cuáles han sido sus principales logros?
Concejala de Bogotá
• Ati camino propio •
Política pública para los Pueblos Indígenas en Bogotá- Acuerdo 359 de 2009.
Lideró el referendo por los derechos del Agua en Bogotá con apoyo de más de 40.000 personas.
Constituyó una alianza entre la Confederación Indígena Tayrona y la Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonía colombiana.
Fue la creadora del Acuerdo 806 por medio del cual se establece Bacatá Hidrópolis y se dan los lineamientos para su implementación.
Autora en conjunto con las comunidades étnicas del artículo 66 del Plan Distrital de Desarrollo por el cual se establece el capítulo étnico y del artículo 54 del Decreto 328 de 2020 mediante el cual se creó la herramienta de trazador presupuestal étnico. Estos dos instrumentos permitieron la concertación de 783 acuerdos con los grupos étnicos. (130 con el Pueblo Rrom; 197 con los Pueblos Indígenas; 117 con la comunidad Raizal; 224 con las comunidades negras, afrocolombianas y 115 con las comunidades palenqueras)
Citante al debate de seguimiento a la implementación de las políticas públicas de reparación integral a las víctimas en Bogotá.
Creadora del Proyecto de Acuerdo No. 223 por los derechos de la Naturaleza en el Distrito Capital.