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Alianza Nacional por el Buen Vivir
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En el Capítulo Único del POT, donde se anuncian los aspectos estructurales (desafíos, principios, propósitos, políticas), que deberán estar presentes a lo largo del desarrollo del articulado, no se nombran el Patrimonio ni la Cultura, que corresponden a dos (2) de sus (4) Estructuras.
Del mismo modo, brilla por su ausencia en los Principios Rectores del Ordenamiento Territorial (Art. 4) del POT el sistema hídrico y el rio Bogotá, que consideramos, este último, como eje del ordenamiento territorial y principal patrimonio biocultural de la ciudad. En ese sentido, hemos propuesto que uno de esos Principios del POT se denomine “Sistema Hídrico de la Ciudad-Región”, como base de los ecosistemas de la Estructura Ecológica Principal y Regional, y del modelo Bacatá Hidrópolis de gestión y ordenamiento urbano-regional (Acuerdo de Ciudad 806 del 2021),
El rio Bogotá es el elemento más importante del ordenamiento territorial regional y del modelo de ocupación de la ciudad-región, por lo cual consideramos su cuerpo de agua y el valle aluvial asociado, como el principal eje del ordenamiento regional, en calidad de organizador de la Estructura Ecológica Principal distrital y regional, y Patrimonio Biocultural de la ciudad-región, en tanto contiene la memoria de los antiguos camellos y distritos de riego Muiscas. La protección del Río Bogotá y el Valle Aluvial como eje articulador de la región metropolitana, y principal Patrimonio Biocultural de la región, encargado de armonizar la relación de la cultura urbana con el río a través de la promoción de actividades y formas de ocupación compatibles con su vocación ecológica y de uso sostenible.
A la delimitación de la ronda hidráulica del Río Bogotá, establecida en el Acuerdo 17 de 2009 de la CAR, habría que adicionar la DECLARATORIA DEL RÍO BOGOTÁ COMO PATRIMONIO BIOCULTURAL DE LA CIUDAD, soportada en la presencia de los extensos territorios que hoy conforman la red de huellas originarias de los camellones y distritos de riego, implementados por la Confederación Muisca a lo largo de la cuenca.
En ese marco, la Red de Parques del Río Bogotá deberá estar conformada por el Parque Lineal del Río Bogotá, las Áreas complementarias para la adaptación al cambio climático, y las huellas de los camellones y distritos de riego Muiscas que configuran el Patrimonio Biocultural a lo largo de la cuenca del río Bogotá y su valle aluvial. Se deberán considerar que cada equipamiento y espacio público emplazado en las áreas de ronda o Valle Aluvial, deberá garantizar que responde a los ámbitos jurídicos y técnicos que definen la condición de Patrimonio Biocultural del río Bogotá, y la preservación de sus camellos y distritos de riego Muiscas asociados.
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Bogotá es un territorio de origen Muisca que se ha consolidado bajo los principios coloniales de ocupación, extendidos a la modernidad urbanística, para los cuales la memoria ancestral resulta vergonzante y destinada al olvido. No obstante, las ventajas comparativas de las metrópolis contemporáneas se originan en la reivindicación de su memoria más profunda, por lo cual recusa la memoria histórica ancestral del territorio del Distrito Capital constituye el primer nivel del planeamiento y del posicionamiento global de la ciudad.
Es necesario, por tanto, que el proyecto de POT actualmente en discusión, habrá espacio en su estructura a la actualización de la toponimia ancestral, como una de las estrategias de reescritura y resimbolización de la estructura urbana de Bogotá, cuyo fundamento es la dimensión biocultural con la cual las culturas ancestrales no sólo cargan la denominación de los lugares, sino una epistemología del habitar humana.
En ese marco, proponemos tomar medidas antropológicas, jurídicas, urbanísticas y catastrales, orientadas a establecer los antecedentes históricos precolombinos anteriores a la Colonia, como insumo para el rescate del patrimonio cultural material e inmaterial de las poblaciones nativas, y referente para realizar el renombramiento de los lugares más representativos de la actual ciudad consolidada, en los cuales resulte indudable la presencia de una memoria ancestral. Por otro lado, y como parte integral de la estrategia toponímica, se elaborará un plan de recuperación de fiestas y celebraciones ancestrales, y de implementación de una nueva monumentalidad urbana, orientada a homenajear a los pueblos amerindios, sus líderes y sus divinidades. Para la ejecución de la estrategia de transformación toponímica de la ciudad, se realizarán los estudios antropológicos y arqueológicos pertinentes, tomando como experiencia piloto el cambio de denominación de la actual Plazoleta del Rosario y la Avenida Jiménez, por los nombres de origen ancestral PLAZOLETA MISAK, la primera, y AVENIDA VICACHÁ, la segunda.
• COMPONENTES •
